Presupuesto 2026; aprobado sin transparencia y escucha ciudadana
La semana el Congreso de Morelos aprobó el presupuesto 2026 en apenas seis días, sin discusión pública y sin abrir ningún espacio para la ciudadanía o el sector productivo. Aunque el discurso gubernamental pregona transparencia y participación, esta vez el proceso quedó lejos de esos principios. La aprobación de un presupuesto no es un trámite: es la decisión pública más importante del año. Ahí se define en qué se invierte, qué se prioriza y qué se deja para después.
El monto aprobado fue de 39 mil 856 millones de pesos. Sin embargo, si vemos lo que realmente ha ingresado el estado en años recientes, la historia es distinta: en 2023 Morelos recaudó 39 mil 770 millones, en 2024 fueron 40 mil 696 millones, y con la tendencia actual es muy probable que en 2026 los ingresos reales se acerquen a 43 mil millones. Esto significa que seguimos aprobando presupuestos por debajo de lo que en realidad se recauda, lo cual reduce la claridad sobre cómo se planea gastar y cómo se distribuyen los recursos adicionales que llegan cada año.
Uno de los puntos más delicados es el aumento al impuesto sobre nómina, que pasó de 2.5% a 3%. En solo 13 meses esto representa un incremento del 50%. ¿El problema? Este aumento llega en medio de una economía frágil: en 2025 solo se han creado 684 empleos formales mientras que este año han egresado 12 mil 700 jóvenes de nuestras universidades. Subir impuestos al empleo en un contexto así puede terminar siendo un freno más para las empresas y para quienes buscan trabajo. Por otro lado, no hay estrategias para reducir la informalidad.
Tampoco hay claridad sobre inversiones importantes, como el Centro de Convenciones de Cuernavaca, una obra que ya ha gastado 230 millones del Fondo de Competitividad sin resultados visibles y sin información clara. Morelos necesita inversión, sí, pero inversión con rendición de cuentas y objetivos medibles.
A pesar de todos estos cuestionamientos, el presupuesto se aprobó por unanimidad del Congreso. Pero unanimidad no significa legitimidad social. Especialmente cuando el propio Congreso se ha incrementado su presupuesto 19% en dos años, sin transparentar cómo gasta, con una nómina elevada y sin informes claros de sus resultados. Un Congreso que no rinde cuentas difícilmente puede exigir cuentas a los demás.
Lo más preocupante es que en Morelos seguimos muy por detrás en transparencia presupuestal. Doce estados sí publican sus proyectos de presupuesto antes de aprobarlos: Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Colima, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Oaxaca, Puebla, Sonora, Tlaxcala y Veracruz. Puebla y Sonora son ejemplos a seguir: sitios accesibles, con información clara y oportuna. Si ellos pueden, Morelos también.
Pasan y pasan administración y a pesar del discurso de transparencia y participación, se siguen tomando decisiones opacas, a corto plazo, sin visión de futuro, no hay una planeación hacia dónde irá nuestro estado y cuál es su vocación.
Morelos necesita más que un presupuesto aprobado: necesita una planeación de largo plazo, acordada y abierta a todos los sectores.